
A veces, esos momentos de bajón que todos tenemos alguna vez, pueden ser terribles. Provocan insomnio, es jodido el hecho de que quieras dormir y no puedas. Y lo peor es que no sabes por qué estás así.
Esos momentos pasajeros, pero que se hacen eternos, en los que intentas buscar una razón por la que te encuentres triste, melancólica, sin ganas de nada, pero con ganas de todo al mismo tiempo. Esos momentos en los que sientes ganas de llorar pero no puedes, y que intentas buscar un motivo para justificar esas lágrimas, pero no puedes porque aparentemente no lo hay.
Esos momentos en los que ni la persona que más quieres te saca del pozo porque no está, en los que crees que nadie te comprende, en los que te sientes sola, en los que sientes que tu vida pasa por delante de ti y que no has hecho nada que merezca la pena, en los que envidias a tus amigos por tener lo que tienen, aunque tengan mucho menos que tú.
Son momentos terribles y yo, últimamente, me estoy acostumbrando a vivir continuamente con ellos. Noches en las que te planteas desaparecer de la faz de la tierra por unos días, pero sin saber donde ir. Instantes en los que te apetece liarte a puñetazos con todo lo que se te ponga por delante, pero a la vez no tienes fuerzas para mover un solo músculo de tu cuerpo, en los que tienes hambre pero no hay nada que te apetezca comer.
Lo jodido de todo esto, es que una se empeña en buscar una razón y no la encuentra. Una le da tantas vueltas a la cabeza en este estado de tristeza, que acaba medio desquiciada entre unas cosas y otras. Entre borrar ficticias razones de la lista y a la vez deshechar métodos radicales. Quimeras que dices que harás y luego no te atreves.
Espero y deseo que a ninguno de vosotros os pase con la frecuencia que a mí últimamente. Ahora que acabo de escribir esa palabra he encontrado una definición de la situación que se acerca bastante. Una pequeña estrofa de una canción de Ismael Serrano que se llama así precisamente: "Últimamente" y que dice: "La vida me parece... una fiesta... a la que nadie se ha molestado en invitarme...."
Cuando te encuentras así es difícil dar una explicación a quien se interese por tu estado, porque cuando no sabes qué te pasa, por más que quisieras saberlo, es imposible encontrar un remedio y una explicación. Por eso estos momentos son tan terribles para mí. Soy como una niña pequeña que no sabe explicar lo que le pasa, la diferencia: la niña pequeña sabe lo que quiere decir pero no encuentra las palabras adecuadas, yo poseo todo el vocabulario necesario para hacerlo pero que no sé lo que tengo que decir.